A los 16 empecé con el culturismo y me puse más fuerte que el vinagre. Y de los 21 a los 33, fui todo un profesional del fitness: monitor de sala, instructor de actividades colectivas y personal trainer. Entre el trabajo y mis propios entrenamientos… ¡me había convertido en un gym rat! Pero un día mis amigos me animaron a hacer senderismo con ellos. Y pasó lo que tenía que pasar…